domingo, 8 de marzo de 2015

Intentando adelantar las agujas de un reloj de arena por verte.

Largo Invierno, lárgate. Llévate tus fríos y tus humedades que a nadie gustan si no es para quedarse en casa abrazada a una almohada amante o besarse bajo la lluvia con alguien que muerda mis pasos. Deshacerme de ti será lo más parecido a encontrar mi yo perdido en otros brazos.
Largo Invierno, lárgate. Quédate con las distancias que has traído en caladas difusas de etcéteras sin sentido alguno y segundas partes íntimas que si son buenas. Envenénate tú cuando con pinchas de rosas secas te arañes sin querer queriendo. No yo, que si fuera posible morir al día más de una vez, ahora mismo estoy muriendo al recordar los antiguos continuará a corto plazo y los masajes con final feliz, sin crema en las manos y si quieres no paramos.
Y si alguna vez te cabe la duda o sueñas que te dejo caer por el precipicio de la vida tu sola, recuerda simplemente mi imagen sentada en el suelo de algún sitio que no exista intentando adelantar las agujas de un reloj de arena por verte.

viernes, 13 de febrero de 2015

Ojalá pudiera creer a todas esas personas que dicen que el tiempo no existe, que lo que existe son los relojes. Porque entonces la distancia tampoco existiría. Habría centímetros, metros, escuadra y cartabón, todo eso. Pero para mi, que haya una forma de medir algo, es que ese algo existe. En el sentido de que no solo lo físico y tangible es lo único real, porque yo siento perfectamente como bofetones cada momento que paso sin ti y calculo que estás lo suficientemente lejos para no poder salir hacia ti corriendo como me gustaría. Sé que no te lo vas a creer ahora, después de esta verborrea metafísica de pacotilla y a la vez tan seria para empezar, pero a veces acaricié la almohada imaginando que eras tú. Otras tantas me inventé cuentos que tratan de explicar que la belleza de las cosas está en los ojos de quien las mira. Y lo más triste venía cuando me acurrucaba y la ponía a mi espalda para simular de alguna manera un contacto humano. El tuyo, a poder ser. Te he echado de menos, amor. Me alegro de estar aquí contigo. Te quiero.
Feliz san Valentín.

domingo, 12 de octubre de 2014

Besarte

Besarte. Besarte y volar las pestañas que son deseos de carne de cañón en tu entrepierna y deshueso, de abrazarte por la espalda con la certeza de que ese frío que te cala los huesos soy yo, y no el invierno. Y querer quedarse a dormir en el quicio de tus senos. Y que el ardor de mi Iris inflamado por ti sea eterno.
Besarte en la punta de todos y cada unos de los infinitos dedos con los que me tocas. Esos que nunca se acaban. Que siempre regresan por el mismo camino por el que vinieron o más abajo.
Besarte yo y que me beses los besos que nos damos. Y los que no nos damos también.
Besarte cansada o lasciva o bizarra hasta debajo de los párpados que contienen tus aguamarinas. Y aun en los dientes de leche que nos quedan por amarnos.
Besarte con el supuesto amor anacrónico de quien se considera romántico. Muy ceremonioso, con bombos y platillos, sin discreción, con fuegos artificiales. Y luego no besarte, sino sablarte con la lengua y seccionarte la espina dorsal. Y dejarte con las ganas, y quedarme yo con ellas. A cámara lenta, en blanco y hielo.
Besarte primero, después y a continuación. Besarte por dentro, y por lejos. Con lenguas muertas y labios cortados. Y comerte, y ensalivarte, y además salvarte. Ser promesa firme de la incertidumbre de quererse con un beso y volver a besarte mientras el mar siga humedeciendo tanto como la idea se irse.
Besarte el silencio y en él. Hacerlo en versos sordos con formas de miradas mudas. Que no son ni mudas, ni malabares, ni murciélagos.
Besarte pues estos últimos versos íntimos para ti y celebrar con ellos que tú podrías servir de modelo para la estatua a la belleza.
Eso quiero. Besarte, y besarte. Y solo por último, volver a besarte.

martes, 29 de julio de 2014

Quédame contigo. Déjate conmigo.

Ponernos una porno y quedarnos dormidas. Hacerle una foto al infinito y que salga movida. Movernos en la cama con juegos de Ícaro y prestidigitación. Escuchar la voz de tu conciencia en mi entrepierna como una reverberación. Y mirarnos con cara de extraño. Con cara de locas. Amanecer juntas sudando tras un sueño subido de tono. Un sueño orgiástico entre tu, yo y otras pocas.
Sentimientos serios como lanzarse a un acantilado, con un montón de rocas. Que el futuro sea un abismo con la forma exacta de tu boca. Un deleite táctil, suave, como dos cuerpos rozándose.
Un fetiche de madera en la mesilla de noche sin igual. Un cuadro de van Gogh en el que salgamos ambas al fondo con puro efecto ornamental. Zafarse de un beso con carácter retroactivo para después terminar haciendo el amor también de forma histriónica. Histérica. Libidinosa. Monomaniaca. Con un estrambótico clímax propio de los hermanos Grimm. Infinitamente apasionante. Un amor más bien propio de un anacronismo artificioso con tintes planos, prosaicos, pero paladeados. Ser genios fabulosos, ideales, pero mediocres. No, ser genios no, pero llenos de talentos.

Voilà ici Gretel la épopée de le premier amour. Tout ça c'est la vie ensembles pour toi et moi.


domingo, 30 de marzo de 2014

Dame un verso


 Te grito desde lo alto de mi corazón,
Que a estas alturas está ya en el subsuelo,
Para que vengas a darle cuerda de nuevo
A mi reloj de arena que sin ti se ha parado.
Sin embargo,
¡Dame un verso, mi amor
Uno solo, y todo estará perdonado!
Y tú me miras, pero como sin mirarme,
Porque me miras, me miras y no me ves.
Y a mí se me clavan tus ojos en el costado
Como hierro incandescente que son,
Haciéndome arder como un tronco viejo y seco,
Seco, roído y vuelto del revés.
Soy como una triste carta sin botella lanzada a la mar
Que se pierde empapada después de mucho vacilar
En el dulce eco de tu amargo aroma si no estás
Y que se escucha a veces con el viento pasar;
El viento que hace que no te veo,
El tiempo que juega a correr y me envenena,
El silencio que truena desde que no te tengo,
Desde que ya no me das una de cal y cuarenta de arena.
Sin embargo,
¡Dame un verso, mi amor
Solo uno, y todo estará perdonado!
Que mi piel no tiene sentido si la tuya no la toca
Ni mi boca función si no eres tú acaso quien la provoca,
Y es por eso que te pregunto sorprendida al oído,
Mas todo ello sin decir una palabra
¿Cómo sigue girando el mundo y no se escalabra
Si ya no existen los besos que antes me regalabas?
Pero me quedo con la duda el resto de mis días,
Y malgasto la última vida de las siete que me quedaba
 En precipitarme desprovista de razones por el barranco
Sin saber que hasta en el fondo también estás tú.
Y es que no hay más misterio que el que yo soy tuya,
Que yo soy tuya, y tú, tú no quieres ser de nadie.
Sin embargo,
¡Dame un verso, mi amor
Uno solo, y todo estará perdonado!

viernes, 10 de enero de 2014

Petite renarde.

Me recalan a veces tus humedades. Y más que eso, a veces me mojas. Yo se que no es lo que pretendes, pues mas frío en tus huesos ya no te cabe y herirme no sería más que empeorarlo. Pero al acercarme a intentar darte calor, ciertamente no encuentro más que eso: helor, helor y helor. Mas quisiera ser yo una hoguera constante para ti, pero de tanto querer ser, no soy mas que un cubito de hielo. Mas defectuoso. Y ante eso te conviertes tu en un incendio. Y me prendes rápida y violenta, consumiéndome como si fuera un cigarrillo reseco en un cajón de madera podrida y sabanas amarillentas sin usar por el tiempo. Yo hago lo mismo contigo, quiero consumirte. Y creo entonces que se puede echar de menos lo que nunca hemos tenido, ni mucho menos tendremos jamas. Acostumbrarse a no, a lo que a uno le toca, es complicado, pero tienes mi palabra de que cueste lo que cueste, estaré a tu lado toda la vida para ti. Si, si, para ti. Esto es una declaración de amor incondicional y eterno.
Y es que, ¿Como no quererte si te quiero? Porque un día, te quise siempre.

domingo, 8 de diciembre de 2013

Je suis de toi.

Estaban en lo cierto cuando afirmaban que se entendían mejor a oscuras y con poca ropa. Por eso era lo primero que se comían. Se desvestían muy despacio, saboreándolo y a veces con prisa. Corre corre que nos pilla el Tiempo. Ni siquiera se dejaban llevar puesto el pintalabios. Siempre hacía demasiado calor, suponían, poniendo en tela de juicio la propia autoridad de los copos de nieve y la lluvia fuera. Riéndose de las gotas de frío que arrugaban sin piedad cualquier máscara de cartón que se atreviese a desafiarlas, atrevida donde las haya y que ante ellas, sin embargo, eran inofensivas.

Les costaba un poco arrancar, tenían que llevarse antes al infinito:
-¿Vamos?
-Si.

Y ahora ya estaba todo listo. Si no era verdad, hacían que lo fuese.
Se jugaban el privilegio de besar en primer lugar a piedra, papel, tijera. Era así: primero una, luego quizá la otra. El azar es caprichoso. Aunque terminaban ganando las dos. Solo por diversión, probaban a cerrar los ojos e intentaban encontrarse en esa ficticia oscuridad. El principio de incertidumbre resulta más excitante que toda realidad definida. Entonces, a tientas, buscaban caminar con los dedos hasta donde llegasen, mientras se deshacían en ellos, divertidas, hasta el punto de querer gritarlo. No podían evitar enamoriscarse sobremanera de cada nuevo descubrimiento, cada lugar, ese rincón de la piel donde creaban curvas infinitas con pinceles imaginarios sujetos con la boca. Y sentir el calor incluso antes de que se tocasen. Así veían las cosas ellas. Era por su facilidad para suspirar mientras sonreían, mientras se mordían los labios, las inseguridades, el cuello hasta dejarlo en los huesos. Se volvían locas, se hacían daño y pedían perdón todo lo silenciosas que les permitía ser su propia respiración jadeante, a duras penas. Humanamente las uñas arañando la espalda. Inspirar, exclamar. Nada de silencio, al oído. Notaban la lengua arder y pretendían encontrarle cualquier otra utilidad. Apretaban contra el colchón el pelo alborotado, el pecho erizado y les encantaba desaparecer a ojos del mundo por unos instantes bajo las sabanas. Y más abajo. Y más mojado. Sentían el corazón latir entre las piernas. O probablemente eran sus brazos agitados tratando de espantar tímidamente a los monstruos de debajo de la cama, porque esta vez no habían tenido tiempo de comprobar si ahí seguían. No es que lo duden las manos, de dedos cortos, la piel suave. Sucede otra cosa. Habían acabado.

- Me gusta cuando apoyas tu cabeza en mi hombro, cerca de mi cuello, y me encuentras el aroma. Si no me muerdes demasiado, igual hasta te dejo que te quedes ahí un rato. Solo porque creo que...
-Casi me he acostumbrado a tener lo que tengo contigo, lo que somos. Y no quiero acabarlo jamás. Me he quedado ya con muchas cosas que son para siempre.
-¿Qué somos?
-Creo que en otra vida fuimos algo así como una sola persona que se dividió en dos y al morir y aquí estamos. Y tenemos cosas en común, por eso de haber estado tanto tiempo en el mismo cuerpo y por otra parte tenemos cosas que tú cogiste enteras o yo, y no compartimos. Pero somos complementarias, aunque perfectas a la vez por separado.
-Si estas siempre a mi lado y demuestras que lo mereces, te enseñaré un lugar donde se ven bien las estrellas y la luna. Cuando estoy triste, me traslado allí con la imaginación y me paso horas llorando. A veces en el agua. Pero después desgracia nunca he conseguido que suba el nivel del mar ni un milímetro. ¡Poco serio ese sufrimiento!
-Una lágrima basta para hacer subir el nivel del más. Que no puede medirse, porque es casi imperceptible pero real.
-Con todas las lágrimas del mundo, no debería haber más que islas. Y añorar la tierra.
-Verdaderamente estamos en islas, tú y yo lo sabemos. Si nadie para el diluvio, nos ahogaremos. Pero es prácticamente imposible porque la última vez que hacemos las cosas, nunca sabemos que es la última vez. Y lloras.
-Deberíamos construir un barco.
-¿Para que si ya no hay puerto?
-Viviríamos en el barco, fumando cigarrillos turcos después de hacer el amor, bebiendo, cantando todas las canciones tristes que hayan inventado los hombres.
-¿Conoces muchas?
-Una amiga me llama “la musa de la canción triste”.
-¿Me cantas una? Venga, soy la única que baila contigo. Dame el gusto.
-Pero si tú y yo nunca hemos bailado.
-¿Como que no? En mis sueños, cada vez que quiero. Y no lo hacemos nada mal. Vamos, cántame al oído.



sábado, 5 de octubre de 2013

Sin manos.

de esos días que te miras al espejo y piensas que estás que da gusto no verte. Prefiero verte a ti, digo yo. Uno de esos en los que te levantas con el pie... Con ese con el que no tienes que pisar primero, que ahora mismo no me sale cual de los dos es. Te castigas con la misma pregunta una y otra vez, ¿Por qué tuve que irme esta noche? Maldita sea, no me gusta dejar para más tarde las cosas que tengo o quiero hacer. Aunque no se cuantas veces me habré pospuesto a mi y al despertador esta mañana antes de al final terminar posponiendo todo lo que no sea imaginar tu majestuosa silueta al final de un túnel. A casi nadie le apetece levantarse, “pero a mi menos todavía si no estás al otro lado de la cama” creo convencida. Y de tanto pensarme el resto del día que no estoy contigo con el lápiz en la mano se me ha secado hasta la tinta. Todo pasa a ser denso. Susurro un “je t’aime” que amaso sobre la mesa, y soplo fuerte para que te llegue. No crees no notar la más leve brisa. Rayo entonces el folio con un “Ojala seas mi media naranja” e, inconscientemente, cruzo los dedos mientras espero que no lo vea nunca nadie y menos tú.

A veces siento que cada instante que no es a tu lado lo pierdo. Lo disimulo generando horizontes nuevos en los que te incluyo donde se me quedaba la perspectiva con cada nuevo paso, o jugando al solitario. No estoy de acuerdo jamás con los malos números y siempre busco mejorarlos con algún hábil algoritmo. Es un buen entretenimiento, no remunerado. Y lo cierto es que no me importa porque, sinceramente, poco me parecería el éxito si la recompensa o el pago no es, como mínimo, tú.

Hace tiempo que perdí el apetito y aun no lo he recuperado. De tanto comerme marrones, un día me quedé empachada para siempre. Y pensar que aun así no me importaría estar desayunándote a ti y rebanadas de exquisita verdad al decirte que “Te todo” mientras me pierdo en tus ojos italianos. Cierro los míos. Al mismo tiempo suena una canción. En mi cabeza todo, claro. Inspiro, me inspiras. Te fumo. Y al derretir cubitos de hielo con las manos para sentirme viva el frío me recuerda que no se en qué estarás pensando. Me respondes en besos y me hablas de derramar sirope de chocolate por no se qué parte de mi cuerpo, para luego lamerlo: otra de tus sobradas. ¿Querrías? Preguntas. ¡Que demonios! Por supuesto, aunque no me das tiempo a contestar. Para aquel entonces ya tengo algo en la boca, y creo que ese algo eres tú.

-Llevas el mismo periodo que la luna- Me dices.
-Sabes que te quiero mucho, ¿No?
-Yo también te quiero.
-¿Mucho?
-No se si tanto, pero te quiero. De verdad.

 Tú. ¿Serás posible?



Donde sea. Mas contigo.

domingo, 25 de agosto de 2013

Una tragedia innecesaria.


La oscuridad esta solo a un suspiro y de eso no nos damos cuenta. Esa asonancia casi imperceptible e irrelevante a pie de página. Esa sonrisa de insuficiencia que entierra continuamente recuerdos irrepetibles inconscientemente. Igual que los sueños. Los sueños solo son verdad mientras duran, ¿Y no vivimos nosotros en sueños?
Por eso no termino nunca los míos con ella, por el alivio que me supondría peligrosamente creer que es cierto. En todos y cada uno de ellos me pide bailar, pero yo no puedo. No se bailar. Se lo digo, pero le da lo mismo. Me coge por la cintura, se contonea delante de mí. Perece que es tan fácil que hace que me ahogue en ilusiones premeditadas de hacerlo tan bien como su cuerpo. Lo intento y no me sale. A pesar de eso, soy feliz. Es perfecto, una y otra vez. Y ese es el momento en el que siempre me obligo a despertar, justo cuando vamos a llegar a las manos, cuando va a enamorarme contra la pared, cuando me va a volver loca, porque se que si cedo a cumplir esa fantasía estaré perdida de verdad para el resto de mis días. Precipicios de incongruencia a los que llego cada noche, volver o no. Y al final me despierto, y estoy sola. En ese instante me duele todo el cuerpo. Necesito una compasión que nunca tendré, ¿Acaso a alguien le importa que este la luna allí tan sola, en el cielo? Nadie abraza nunca a la luna cuando lo necesita. Alguien debería quedarse mirando las estrellas todas las noches, así que abro la ventana y eso hago: monto guardia por si deciden cobrar vida en cualquier momento y explicarme de una vez qué coño significa que algo sea infinito.

Y yo siempre, siempre me obligo a despertarme. Siempre excepto hoy.


martes, 23 de julio de 2013

No me costará llegar al 15 de septiembre.

-No debería besarte, entre otras cosas porque no quiero.
-Hay tantas cosas que no debes hacer y haces...
-Dicho así suena perverso.
-Lo es.
-Estoy segura de que además te equivocas de labios. Estos ya no son míos. Ya no me pertenecen, son solo suyos.
-Yo los veo igual que siempre.
-El cambio es imperceptible a la vista.
-Te brillan los ojos. Estas muy bella. ¿Es amor o un simple capricho de los sentidos?
-Eso te lo podría preguntar yo a ti, si no supiera ya que solo soy un capricho para tu persona. Ella es diferente, pero no seas tan literal... Nunca me escuchas cuando te hablo, ¿Verdad? No te importa nada más que tú. Sepárate. No voy a besarte.
-Te empeñas en mantenerte tan lejos la lujuria todo el tiempo, pareces tan de piedra a veces.
-Nada mas lejos de la realidad, pero no supiste mirarme nunca para descubrir tu error. Y, ¿Acaso sabes tú lo que es la lujuria, filósofa de cabecera de pacotilla? Si eras tu la que obligaba a mantener la cordura y la compostura en la cama. Y siempre te ha parecido mal que te hablase de cosas con lascivia al oído por si era pecado e íbamos al infierno y por tu culpa soy muda. Me molestaba tanto que no entendieses que la  lujuria es algo necesario. No es solo un deseo incontrolable de quitarte la ropa y empotrarte en una pared; es hacerlo despeinada, desordenada e impulsivamente y no vengas a decirme ahora que no te gustaba. No sabes cuanto me alegra saber que todo era porque antes de venir a mis brazos te saciaban otros. Menos mal que no tenia yo la culpa de todo a todas horas.
-¿No crees que soy irresistible?
-Creo que eres impertinente.
-Hasta luego entonces.
-Hasta luego no, adiós.

martes, 30 de abril de 2013

Domestícame.

Fue entonces que apareció el zorro:
- Buen día - dijo el zorro.
- Buen día – respondió cortésmente el principito, que se dio vuelta pero no vio a nadie.
- Estoy aquí – dijo la voz –, bajo el manzano...
- ¿Quién eres? – dijo el principito. – Eres muy bonito...
- Soy un zorro – dijo el zorro.
- Ven a jugar conmigo – le propuso el principito. – Estoy tan triste...
- No puedo jugar contigo – dijo el zorro. – No estoy domesticado.
- ¡Ah! perdón – dijo el principito.
Pero, después de reflexionar, agregó:
- ¿Qué significa "domesticar" ?
- No eres de aquí – dijo el zorro –, ¿qué buscas?
- Busco a los hombres – dijo el principito. – ¿Qué significa "domesticar" ?
- Los hombres – dijo el zorro – tienen fusiles y cazan. ¡Es bien molesto! También crían gallinas. Es su único interés. ¿Buscas gallinas ?
- No – dijo el principito. – Busco amigos. ¿Qué significa "domesticar" ?
- Es algo demasiado olvidado – dijo el zorro. – Significa "crear lazos..."
- ¿Crear lazos ?
- Claro – dijo el zorro. – Todavía no eres para mí más que un niño parecido a otros cien mil niños. Y no te necesito. Y tú tampoco me necesitas. No soy para ti más que un zorro parecido a otros cien mil zorros. Pero, si me domesticas, tendremos necesidad uno del otro. Tú serás para mí único en el mundo. Yo seré para ti único en el mundo...
- Comienzo a entender - dijo el principito. – Hay una flor... creo que me ha domesticado...
- Es posible – dijo el zorro. – En la Tierra se ven todo tipo de cosas...
- ¡Oh! no es en la Tierra – dijo el principito.
El zorro pareció muy intrigado:
- ¿En otro planeta?
- Sí.
- ¿Hay cazadores en aquel planeta?
- No.
- ¡Eso es interesante! ¿Y gallinas?
- No.
- Nada es perfecto – suspiró el zorro.
Pero el zorro volvió a su idea:
- Mi vida es monótona. Yo cazo gallinas, los hombres me cazan. Todas las gallinas se parecen, y todos los hombres se parecen. Me aburro, pues, un poco. Pero, si me domesticas, mi vida resultará como iluminada. Conoceré un ruido de pasos que será diferente de todos los demás. Los otros pasos me hacen volver bajo tierra. Los tuyos me llamarán fuera de la madriguera, como una música. Y además, ¡mira! ¿Ves, allá lejos, los campos de trigo? Yo no como pan. El trigo para mí es inútil. Los campos de trigo no me recuerdan nada. ¡Y eso es triste! Pero tú tienes cabellos color de oro. ¡Entonces será maravilloso cuando me hayas domesticado! El trigo, que es dorado, me hará recordarte. Y me agradará el ruido del viento en el trigo...
El zorro se calló y miró largamente al principito:
- Por favor... ¡domestícame! – dijo.
- Me parece bien – respondió el principito -, pero no tengo mucho tiempo. Tengo que encontrar amigos y conocer muchas cosas.
- Sólo se conoce lo que uno domestica – dijo el zorro. – Los hombres ya no tienen más tiempo de conocer nada. Compran cosas ya hechas a los comerciantes. Pero como no existen comerciantes de amigos, los hombres no tienen más amigos. Si quieres un amigo, ¡domestícame!
- ¿Qué hay que hacer? – dijo el principito.
- Hay que ser muy paciente – respondió el zorro. – Te sentarás al principio más bien lejos de mí, así, en la hierba. Yo te miraré de reojo y no dirás nada. El lenguaje es fuente de malentendidos. Pero cada día podrás sentarte un poco más cerca...
Al día siguiente el principito regresó.
- Hubiese sido mejor regresar a la misma hora – dijo el zorro. – Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, ya desde las tres comenzaré a estar feliz. Cuanto más avance la hora, más feliz me sentiré. Al llegar las cuatro, me agitaré y me inquietaré; ¡descubriré el precio de la felicidad! Pero si vienes en cualquier momento, nunca sabré a qué hora preparar mi corazón... Es bueno que haya ritos.
- ¿Qué es un rito? – dijo el principito.
- Es algo también demasiado olvidado – dijo el zorro. – Es lo que hace que un día sea diferente de los otros días, una hora de las otras horas. Mis cazadores, por ejemplo, tienen un rito. El jueves bailan con las jóvenes del pueblo. ¡Entonces el jueves es un día maravilloso! Me voy a pasear hasta la viña. Si los cazadores bailaran en cualquier momento, todos los días se parecerían y yo no tendría vacaciones.
Así el principito domesticó al zorro. Y cuando se aproximó la hora de la partida:
- ¡Ah! - dijo el zorro... - Voy a llorar.
- Es tu culpa – dijo el principito -, yo no te deseaba ningún mal pero tú quisiste que te domesticara.
- Claro – dijo el zorro.
- ¡Pero vas a llorar! – dijo el principito.
- Claro – dijo el zorro.
- ¡Entonces no ganas nada!
- Sí gano –dijo el zorro – a causa del color del trigo.
Luego agregó:
- Ve y visita nuevamente a las rosas. Comprenderás que la tuya es única en el mundo. Y cuando regreses a decirme adiós, te regalaré un secreto.
El principito fue a ver nuevamente a las rosas:
- Ustedes no son de ningún modo parecidas a mi rosa, ustedes no son nada aún – les dijo. – Nadie las ha domesticado y ustedes no han domesticado a nadie. Ustedes son como era mi zorro. No era más que un zorro parecido a cien mil otros. Pero me hice amigo de él, y ahora es único en el mundo.
Y las rosas estaban muy incómodas.
- Ustedes son bellas, pero están vacías – agregó. – No se puede morir por ustedes. Seguramente, cualquiera que pase creería que mi rosa se les parece. Pero ella sola es más importante que todas ustedes, puesto que es ella a quien he regado. Puesto que es ella a quien abrigué bajo el globo. Puesto que es ella a quien protegí con la pantalla. Puesto que es ella la rosa cuyas orugas maté (salvo las dos o tres para las mariposas). Puesto que es ella a quien escuché quejarse, o alabarse, o incluso a veces callarse. Puesto que es mi rosa.
Y volvió con el zorro:
- Adiós – dijo.
- Adiós – dijo el zorro. – Aquí está mi secreto. Es muy simple: sólo se ve bien con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos.
- Lo esencial es invisible a los ojos – repitió el principito a fin de recordarlo.
- Es el tiempo que has perdido en tu rosa lo que hace a tu rosa tan importante.
- Es el tiempo que he perdido en mi rosa... – dijo el principito a fin de recordarlo.
- Los hombres han olvidado esta verdad – dijo el zorro. – Pero tú no debes olvidarla. Eres responsable para siempre de lo que has domesticado. Eres responsable de tu rosa...
- Soy responsable de mi rosa... - repitió el principito a fin de recordarlo.

jueves, 7 de febrero de 2013

Para el que menos le importe:


La Locura, como siempre tan loca, fue la que le dijo al oído a aquella chica: ¿Te quiero? Menos mal que la chica nunca jamás lo oyó. Incluso, que impertinente, los interrogantes se los tuve que poner yo, porque si fuese por la Locura… Normalmente se le escapan mis sentimientos atropelladamente por la boca, porque en general no tiene tiempo de pensar lo que dice y las consecuencias ya que está demasiado ocupada intentando reprimir las manos, que hasta ella se da cuenta de que no puede ser. Y eso suele ser un problema para mí. Siempre empieza a describir mi alma igual, dice “Me asusta lo que tengo que decirte, pero no puedo evitarlo. Estoy loca”. Y a continuación… Sálvese quien pueda. “¡Quién pudiera volverla cuerda algún día!” Acostumbro a decir yo. Luego me doy la vuelta en la cama, me vuelvo a dormir y cuando me levanto ya se me ha olvidado. Así que todo sigue como de costumbre y me sorprende descubrir que no voy a cambiar, ni ella tampoco y que algunos perros son más listos y más interesantes que algunas personas. Sin menospreciar a los gatos. También me gustan los gatos. De hecho, ahora que lo dices no se cuál es mi animal favorito, pero creo que da igual. (Se sentó en un banco y reflexionó largo y tendido sobre ello. O no. Las palomas agradecieron un poco de compañía igualmente.)
¿Sabes? Todo es porque no quiere admitir que se ha equivocado. No para de decirse en voz alta (por convencerse) que el corazón a diferencia de la razón no se equivoca, que hay que hacerle caso, que no se está tan mal aquí y que llegará el día tarde o temprano. Y yo la interrumpo y le digo: ¿Por qué estás tan segura? Y ella me dice: ¿Por qué no? Así que yo supongo que cada uno hace con sus gustos lo que puede y puedes seguir deseando algo por muy improbable que sea. Porque eso no significa que sea imposible, solo que es mas difícil que otras cosas. Como por ejemplo hacer la cama, que es bastante fácil y por eso creo que no nos gusta tanto como estar enamorados o enamorar a alguien.
Sea como fuere, la Locura debería aprender a meterse con cosas de su tamaño y a encajar mejor las derrotas. Tan impulsiva, tan pasional y a la vez ese toque inocente de pensar que todo va a salir bien. Venga ya. Si llevas un agujero en los calcetines, no puedes pretender que ese día no te toque quitarte los zapatos. Eso es así. O intentar que crean que has llegado tarde porque te pareció ver un unicornio a lo lejos y eso te retraso, ya que casi todo el mundo esta seguro de que los unicornios no existen y por eso mismo no lo hacen.
Pero tampoco por ello va a ir por ahí diciendo que supone que las nubes son solo eso: nubes. Sería como convertirse en lo que más miedo le da: Una persona normal, que son las que se mirar en los cristales de los escaparates para ver como van conjuntadas hoy porque no han tenido tiempo de hacerlo en casa, llegan tarde. Tienen prisa por vivir y les queda mucho por hacer. ¿Qué importa como vayas? ¿Por qué importa eso más que mirar alrededor? Y sobre todo ¿Quién decide esas cosas? La locura nunca tiene tiempo de pensar en esto, y se alegra. De hecho, piensa poco en cosas de este mundo. Así que termina llenando su mente con lo que le viene en gana, sintiéndose una rebelde sin causa solo por tener un poco de personalidad e imaginación. Que limitar las cosas a su sentido estricto no era su loco estilo. No le habían puesto sobre la espalda ese par de alas para no usarlas. Ni más, ni menos.
A la Locura a veces se le va la cabeza y desaparece. Me deja tranquila, me deja dormir y durante un tiempo no tengo oportunidad de preocuparme por donde estará metida. Ya estoy bastante ocupada haciendo cosas que cuando ella está no puedo. Pero pronto la echo de menos y al final salgo a buscarla, no tengo muy claro por qué. Y siempre la encuentro por los mismos chupitos, que son mano de santo para recordarme que debo olvidar arrepentirme por haber salido otra vez a por ella, porque he hecho bien en ir a su encuentro. Que ya es mayorcita, pero aun así me necesita. Y bebemos juntas y por eso al día siguiente no me acuerdo de muchas cosas, aunque si de suficientes. Entonces, encontramos el camino a casa tan solo a horas intempestivas. Subimos a duras penas las escaleras: en mi habitación yo me siento en el suelo, ella me destroza la cama; y cuando estoy a punto de cerrar los ojos por un rato largo, me mira desde arriba con esa cara que solo nosotras sabemos que significa que ha vuelto, que se acabó eso de dormir, se me tira encima de un salto y me dice al oído bueno, tan despreocupada“¡Qué nos quiten lo bailao!”. En ese momento nos reímos hasta que nos duele la barriga mientras nos pegamos que da gusto con la almohada que aun parece estar mojada desde la última noche triste. Yo me doy cuenta y por eso me cambia de tema enseguida, porque sabe que sino voy a empezar a pensar en cosas que no debería y esa es la única forma de intentar pararme los pies. Así que le digo que está bien, que nada de pensarla esta noche (aunque es un poco mentira, supongo que solo es que la pensaré un poco mas tarde), me rindo a la evidencia temporalmente, la dejo que me despeine y le juro que saldré a buscarla siempre que se vaya porque estoy orgullosa de que este a mi lado, no pretendo engañar a nadie, yo también la necesito. Pero que la próxima vez pararemos de beber antes, porque un día de estos me mata, y tenía que prometérmelo muy seria. Así que no me lo prometió.

-Y cuando has encontrado un punto medio al fin, entonces, ¿Por qué seguir, arriesgándote a hundirte? – Me dice quien aun no lo entiende.
- Porque no puedo evitarla. Eso sería negar nuestros impulsos, que es negar lo que nos hace humanos. Y porque nunca se me ha dado bien saber cuándo se supone que tiene que empezar a dejar de gustarme. Bendita Locura. –Les respondo amablemente, mientras la veo tropezar con mi propia trenza. Aunque esta vez, al caer como nunca antes había hecho y como ese libro dijo una vez, sonrió al cielo terso. Con un poco de esfuerzo podría levantarse sola.

viernes, 7 de septiembre de 2012

Esta noche...

Lo cuento siempre en tercera persona y en pasado, tal como le paso. Serian las tres de la mañana, no, lo eran seguro, buena hora y no se podia dormir. Te juro que se que ella lo llevaba intentando desde las once y media que termino la partida de parchis con su abuela, pero tenia la cabeza que le iba a explotar y no podia. Primero cogio la Biblia, pero ya la habia leido y repasado. Sorprendentemente la aburria. No tenia musica, ni nada por hacer que la entretuviera y alejara de su cabeza, asi que cogio su libretita, escribio. Ya la casa dormia. No le preocupaban los acentos, que tambien descansaban (como para ella siempre, la verdad, tenia un problema con los malditos acentos), ni la calidad de lo que escribia. Por eso escribio. Con la promesa de no volver a leerlo, pues no le gustaria, se autocorregiria mil veces y despues nada. Pero se estaba deprimiendo ella sola, como todas las veces con sus filosofadas tristes, existencialistas y lo dejo un rato para inventarse otra cosa. ¡Ya lo tenia! En realidad, tardo mas en decidirse a hacerlo, que en planearlo. Dios... Cogio las llaves, la libretita y mas papel, y tras varias maniobras, comprobar mil veces que las respiraciones fuertes seguian en su sitio, abrir con llave una puerta, volver a la habitacion del guarda, al fin abrir la otra puerta que le quedaba, salir a la noche. Era perfecta. A partir de ahi fue mejor, no se comio mas la cabeza con que despertaran y la encontraran fuera de su cama. Era una de las pocas cosas que le gustaba de su forma de pensar: cuando estaba haciendo ya algo, no se sentia violenta con la sensacion de que podia salir mal, porque era consecuente de que lo hacia y sus consecuencias. Si la descubrian, de nada iba a servir que se hubiese estado martirizando mientras, tendria que aceptarlo. Luego, ¿Por que no iba a disfrutarlas plenamente mientras las hacia? Y punto. No se si lo he explicado bien, ella lo habria hecho mejor, pero confio en que se entienda un poco. Tenia una forma de razonar sobre eso epicureista. Una corriente griega. El caso es el mismo. Cogio un paquete de cerillas, tres cigarros y todo lo que le quedaba de noche. Ando. Hasta que encontro un sitio que le parecio perfecto para sentarse. No lo era, pero ella lo hizo especial. Ahora era suyo, lo habia decidido en ese momento. No otro, ese que iba a ser su complice el resto de su vida. Bien. El primer cigarro iba para los fantasmas que la atormentaban. Lo encendio solo para quemar con el los papelitos escritos que los representaban, y media libreta. Ciertamente, parecia una tonteria, pero se sintio mejor. El segundo era para su presente. Necesitaba ordenarse y se dio de tiempo un cigarro. Fue de los que mas le costo, porque habia cosas, que podrian ir mejor... A veces se necesitan dos oportunidades, al menos para pensar las cosas. Todas las que ya no iban a ser, las cosas que se dicen al calor de la ilusion y luego no. Que pronto se olvidan los pequeños detalles, por favor. Y que pronto se toman las decisiones que estan claras. Obvio. Ella decia que lo entendia, pero no tenia la menor intencion de compartirlo. No era tan malo, ni ella tampoco. ¿De tiempo? Le sobro la boquilla. "La gente quiere otra cosa ahora mismo. Ya vendran tiempos mejores que me entiendan, supongo. Que prisas, ¡Tengo 17 putos años!. No puedo reprochar absolutamente nada, cuando tienen razon" se dijo. Agradecia que se lo hibiesen dado a entender, en el fondo. Asi que gracias. El tercero era para saborearlo, si se puede decir asi. Se decia que no lo iba a hacer mas, que lo disfrutara que era el ultimo. Que no le gustaba el olor en las manos. Que para pensar tranquilamente no necesitaba eso. Que encontraria otra cosa, claro. Que no la iba a controlar nadie, y menos nada. Facil. Cuando le preguntaban, decia que le gustaban las ultimas caladas, las que casi queman los labios, pero no era para tanto. Si ella tenia igualmente el corazon siempre caliente. Aun con frio fuera. ¿Por que preguntas si lloro? Que tonteria. Pues claro que no. Bueno... No, no, que va. Del primero al ultimo estuvo firme. Tenia un monton de ganas. Y mas de que pasara el tiempo. Pero mas aun de desaparecer. Que cobarde. Mas, mas si cabe de dormir años y no pensar. Al tomar el camino de vuelta, todo estaba igual. Sus pasitos en la arena, la primera papelera, la segunda, la farola apagada, la lata intacta en el mismo sitio, la primera puerta, la segunda, su cama y todo durmiendo. Le vino muy bien ver que asi era el mundo real: real. Que nada iba a cambiar por ella y muy bien que hacia. En eso estaba la clave. Sabia que tenia que hacer. No tenia que irse asi, a la ligera, a Nunca Jamas, que luego una pierde la costumbre de como son las cosas aqui. Y no estaban tan mal. De hecho, ya no estaban mal. Ya tenia sueño y ganas de despertar por primera vez en mucho tiempo en la vida. Maduro en una noche. Y que noche... Iba a quererse, un poquito.

viernes, 11 de mayo de 2012

Tú no estás.


No bien se había recostado en la cama, cuando calló en un sueño muy profundo. Viajaba sumida (sumisa) en una discusión constante entre si merecia algún tipo de recompensa y cual, y por supuesto si se la darán. Y se pregunto: ¿Qué es esto que me pasa? ¿Quién eres por dios y dónde estabas?
Lo recordó un instante después de abrir tímidamente los ojos, acostumbrada a que hubiera alguien más en su cama, y lo olvido el resto de su vida. Para siempre jamás.
Fue sencillo. No podía en ese momento retener nada más porque todo su ser estaba ocupado digiriendo esas palabras que se le habían quedado clavadas la noche antes. Te quiero. Dios, ese sabor en el corazón que no sabía si era bueno o malo. Que no sabía...
Lo demás, parecía normal. La hora de despertar, (con toda la sábana para ella, cosa inédita) era justo la de siempre: tarde, aunque ella tenía la impresión de haber cerrado los ojos apenas un instante exactamente. Allí, en el vacío de su habitación solo la alegro pensar que no le daba tanto miedo la oscuridad. Al menos no más que la propia luz. El caso era que ahora no había ninguna de las dos cosas. Ni eso, ni mucho, ni poco, ni nada. Ni grande, ni pequeño, sino todo lo contrario y aquello si que le daba miedo. Busco obsesionada entonces esa cosa que la confundía, que no sabía si era muchas veces fruto de su imaginación, o existía en realidad: el olor a besos en la almohada. Y no estaba, pero porque no los había habido, así que lloró.
Oyó campanas, e inconscientemente en ese momento le hubiese gustado que fuesen por su funeral pero eran solo de misa de doce. "la religión es cosa de viejas" pensó, sorprendida de tanto prejuicio de oligofrénicos.
Salio a la calle, lo necesitaba. Compró cualquier cosa, y por primera vez en mucho tiempo al meter la mano en el bolsillo, sacó justo la moneda que necesitaba. No era buena señal y lo sabía: ya había gastado toda la suerte  de ese día...
Entró a desayunar al bar de los sábados de resaca, pero era domingo y no había bebido mas que incertidumbre toda la mañana, así que la camarera del "te pongo lo de siempre" supo que algo no iba bien. Lo descubriría muy pronto.  Cuando se acerco, le dijo muy claramente antes de que pudiera preguntarle qué quería: "vuelve a casa y quédate para siempre, hoy se que te echo de menos" para lo que la respuesta fue igualmente contundente "no", por lo que se fue con sus abrazos a otra parte. Sentada en el suelo de su cuarto, paso el resto del día desordenando sombra, algunos fantasmas de las navidades pasadas y otros pocos del presente. Se acabó. Pero aun así no se permitió verse llorar de nuevo ante el espejo. Y eso que le daba rabia reconocer que el pecado  de los Ángeles caídos fue el orgullo, que la llenaba ahora. Mentira. Era rabia.
Se apunto una frase que encontró por ahí:"te adoro porque me volviste puta" pero tampoco le dio mucha importancia, solo era ingeniosa, así que la tacho y en su lugar puso simplemente "Mm..." en francés. Mira que le gustaba el francés. Au revoir pues fue lo último.
El dolor que sentía, quería metérselo por donde le cupiese a más de uno. No era todo por su culpa, pero el caso era el mismo. Brindó, sóla, "para que el mundo se acabe justo cuando nos hayamos divertido suficiente y no antes"; intento no interrumpirse a ella misma diciendo que entonces ya estaba bien, y se fue a morir en silencio a un rincón.
Lo sentía todo. Era así.

lunes, 2 de enero de 2012

Mi escusa:

" La verdadera locura quizá no sea otra cosa que la sabiduría misma que, cansada de descubrir las vergüenzas del mundo, ha tomado la inteligente resolución de volverse loca. "
Heinrich Heine

martes, 11 de octubre de 2011

Locura. Una noche sin fumar.

Tic-tac. Once y media, y ni un cigarrillo en la pitillera. Solo colillas. Muy bonito... Me han dejado ellos, pero da igual, tampoco los necesito. ¡O eso supongo! Nos hemos hecho mutuamente un favor. Al menos yo voy a hacerme mayor.

Tic-tac. Y toc toc. Doce de la noche. Cenicienta esta en casa. La trae el lobo feroz pensando que aquí quedarían caladas o algo ¿Qué se yo? Y con algo me refiero a… perdona, no queda nada, lo voy a dejar. Rápido, antes que diga que no quiero empezar… porque siempre espero, como si pudiera volver a vaciarse el cenicero. Como si pudiera volver a estar el paquete entero. Como si pudieras volver. Mm.… y el humo con el que estar más segura hablando desde atrás. ¿Lo necesito? Puf… si al fin y al cabo, no estás. Dios mio lobo, tengo una duda ¿Cómo esta Caperucita? Me alegra saber que no fuma.


Tic-tac. Vamos a contar mentiras, tralará. Digamos que todo va bien cuando nada de eso es verdad. ¡Já! Que saboreé el último, que lo quiero dejar, tralará. Y a contestar a todo lo que nos digan con nuestro mejor francés: -Ah… Que se note que sabemos idiomas. El raro y todos. Sobre todo hoy que el que por el mar corran las liebres no es nada macabro. Que no, no fumo, noche, pero claro que me hace un cigarro.


Dos y cuarto. Y no ha sido el tic-tac, sino tus pasitos acechantes, despertado me has. ¡Joder! ¿Qué quieres? Y ¿Qué quiere usted? Al hablar con la nieve obligada a sutilizar. Y después recuerdos de otra persona. Si es que yo nunca he visto nevar.


Tic-tac. Lo echaba de menos (Ironía modo on) De echo para que pase más deprisa estoy a punto de tirar de prestidigitación. Las tres y parece que han pasado mil horas, ninguna o ¡diez! Que no se ya ni donde esta Wisconsin. Esa es mi mal traída y peor llevaba estupidez. Ay…


Tic-tac. ¡Tic-tac! ¡Corre, corre más tiempo, que me fumo encima! Otro tic-tac y me enchufo las sabanas de la vecina. Yo no se por que digo que no me siento bien contigo si no es verdad. Si en realidad no quiero que te vayas. ¿Lástima quizás? Lo dejo, no puedo, definitivamente mañana. ¡Si tampoco tengo!


¿De que estaba hablando? Este insomnio me esta matando. Me hace pensar.


Tic-tac. Cinco, seis, siete. Y ¡lo tengo! Se que es lo que mas rabia me da de todo esto. Lo peor es…


- Eso depende, para mi –dijo una voz por detrás- es peor aun dejar de fumar.


Me volví, y era Caperucita. Que en realidad fumaba sola para que no la vieran llorar.


Amanece y otra vez a empezar.


Tic-tac.

lunes, 25 de julio de 2011

Sobre gustos

Sobre gustos no hay nada pensado fijo, nada escrito. Con los gustos distinguir entre raro y normal es todo un delito. Dimito en la acción de ponerme a catalogar si lo que a ti te gusta estaría bien o mal. Porque para gustos los colores: verde, naranja, rojo, azul… Para gustos los sabores: dulce, salado, amargo, tú… Cada cual elige un número, por ejemplo cuatro, cinco, dos, diez. Sobre gustos en el amor… no hablare de el por esta vez. Va ¿eh? Que parece fácil y lo es, pero al final nunca me sale, ¿tú te crees?

- Bueno, pues aunque no sepas hacerlo, procura demostrar quien eres hoy.

“¿Y quien soy yo?” ¿Quien era ella? Se dijo mientras que se daba cuenta de que no le gustaba… ¡Ah, si! Sobre gustos, que me voy del tema. Así que, ¿prefieres oscuridad o aquello que es exactamente lo contrario pero que infunde el mismo miedo? De elegir se trata entre lo paradójico e irreal de que todo sea extremo, fatal o haga engordar. ¿No me pueden dejar en paz? Nunca empatar, perder o ganar, ser o no ser. Poder hacer un millón de cosas y solo callar por no encontrar otra forma mejor de demostrarte que sigues viva. Oírte respirar. ¿Qué harías tú? Nada… bueno, entiendo. Yo tantas veces he querido no pensar no existir. No tener que saber si redondo, cuadrado o gris. ¿Acaso alguien si? A mi me gusta únicamente saber que hay gustos para vender y regalar. Y nadie debe juzgar, no tienen por que estar mal. Son como pequeñas acotaciones a pie de pagina que, sin el como, solo marcan el transcurso de algunas partes de una novela. La tuya. Y que te sobre si te hacen feliz con esto. El resto del tiempo dedícalo a preguntarte porqué unas cosas flotan y otras no. Por el ruido de las cosas al caer. El porqué la gente siempre sonríe por debajo de la nariz. Interesante. ¿Qué crees? Que cupido construye mis flechas con varillas de paraguas rotos. Oxidados. Lo se. Digo… que me gusta que existan muchas opciones y gustos personalizados. Me gusta que exista tanto el cuándo como el porqué. Que tengamos el cómo y el para qué. Los ¿me quieres?, ¿lo querré? Elegir puedes tu interrogante pues, pero cuanto mas tarde mejor. Que te azote lo menos posible el que no los sepas responder, por favor. Que no te duela el saber que hay una nube en el aire de más pregustas que quieres hacer, pero miras al suelo para no verla, para obviarla. La nube también. Olvidarla.

Y a la pregunta sobre gustos ¿Quién tendrá respuesta? Atenta:

Sobre gustos no hay nada pensado, nada escrito. Y sobre todo que nadie lo haga jamás. Libertad. Nadie se atreva a juzgar ¡Y que Dios me libre de intentarlos explicar alguna vez! Ejem... esto no ha sido para nada un intento de hacerlo…

Inevitable no pensar en las muñecas de porcelana.

5 de junio de 2011.

miércoles, 15 de junio de 2011

Otra para ti, Carma.

Cher Carma:
Encore une fois, disparaître à jamais.. vous êtes perdu? Je te déteste. Parce que j’ai besoin de que vous me voyez avec clairs yeux pour permettre que je me railler le monde qui veux rire de notre enfance rapide et limitée. Je vais vivre avec votre côté, et sa côté. Mais maintenant j'ai envie de mourir. Mourir dans ses bras et être comment je, heureux tout le temps avec (sans) ma persone, tout le été, et après, la vie. La bruine et sa voile dans a violent tourne de rêve, qui prétend non prendre l’amour qui ne reste pas, ne peux pas, et fais moi fâchée. Je suis désolée. Quelqu’un qui désolée ma maladie. Crevaison de l’impossible sera, et attendez-moi toi, s’il vous plait. Eponge de désespérance pour savoir que c’est ma faute, coupable. Pour quoi? Je suis qui ne laissée pas ça diriger le monde, le monde être. Je décide, bien o mal. Mais tu n’aides pas, Carma! Moi non plus je veux étre comme ça. Obligée. Je sais que pas comprend moi. Fumer ma solitude, et pas du quoi. Frise l’ellipse, et blesse dans une guerre ou je jamais étais, mais participer parce que c’est moi, dans le silence de t’aimer et ne peux te dire rien. Coupable. Très bien.
J’ai envie de mourir… non, de quitter la blessure de mon corps. Ta blessure, Carma. Parce que je suis malade du cœur mais la cicatrice est ouverte encore. Un «N», je le comprends. Le guérison espère, pour toi. Pour toi prier a un dieu qui est mort. Je sais que n’existe pas. Sans la solution, seulement la inquiétude, apprécierais tout, et ne dois pas faire inconfortable. Pas beaucoup de temps. Alors, c’est bon.
Mais aide-moi un peu. Ou beaucoup.
Un baiser et un tout, attente la réponse.
ma vie même.

martes, 14 de junio de 2011

Y es que siempre...

...siempre hay cosas que suenan a triste, cosas como el querer y no poder. Como el poder y no querer. El tener y después perder. Y sobre todo recordar. Que si no tienes alas no puedes volar.
Mmm... dejame pensar. Aunque es lo que menos quiero ahora. Pero tampoco morir. Tú sólo quedate a dormir y verás. De todos modos, Carma, cuando quieras, equilibrate...

Mientras siempre nos quedará Paris, y una guitarra como mínimo, ma petite fille.

http://www.youtube.com/user/MrCristianRiquelme?blend=6&ob=5#p/u/0/xc0g6Npwnx8

lunes, 13 de junio de 2011

¿Decepción?

Pienso soñar. Soñar que quiero ser una cometa para volar muy lejos y muy alto.
Asi podria rozar a las nubes, y ellas a mi.
Iria donde el viento me llevara.
Seria la primera que veria al sol salir por las mañanas
y podria darle las buenas noches cuando le cediera su turno a la luna y las estrellas.
Me contaria secretos con ellas, porque estaria tan cerca de estas,
que nadie podria oirnos susurrar lo mucho que nos gusta el azul del mar, y su movimiento sin fin junto con su intento de fundirse con la arena de la orilla.
SERIA MARAVILLOSO SER UNA COMETA ¿NO?

Porque toda la vida es sueño,
y los sueños sueños son.

Y si es asi, yo no quiero despertar, aunque nada sea verdad,
porque me he dado cuenta de que no esta tan mal soñar...
Soy cobarde.

lunes, 31 de enero de 2011

A ver que tal...

Tenia una rosa blanca. Que ironía. Pero así era esta rosa, blanca y mía.
Ni a trece rosas rojas tendría algo que envidiar. Ni su afecto y alegría comparar. Porque he aquí una rosa, que además de esto, era blanca y mía.
¡Que locura! Su derroche de frescura y esa esencia suya que la hacia solo mía. Pues blanca era ya por ser rosa. Que ironía.
¿Por ella moriría? ¿Haría desaparecer al frió que no la dejara florece? ¿Por que no dejare de ser como la nieve? ¿Por que no dejara de ser rosa a pesar de que afuera casi siempre llueve? Así que muero. Maldito invierno y mi no saber estar para ella, ni ella para mi. Aun así, querer vivir.
Pero bueno, ¡Dejar ya a la rosa y yo lo haré! que ya ni blanca ni mía, solo rosa sera, como antes de mi ramo que todo parece lo enfría, de nadie. Porque cansada ya de ser de mano en mano, ejemplo para todo en cualquier vía, la rosa se hizo crecer un escudo de gran tamaño, sobre todo para aquel día en el que le hicieron daño. Nadie podría entrar ya sin esa sensación de temor al menos para ella. Que algunas pinchas aun están para dentro. Y las que quedan fuera no se si duele mas clavartelas al intentar cojerla o las espinas de la misma distancia de ya ni blanca, ni mía. ¡O no duele ya ninguna de las dos cosas! Yo que se; a veces tampoco lo quiero saber. ¿Para que? En fin. lo que si quiero decir a la rosa herida es que por favor, por mucho que odie algo del pasado, no la tomes con el amor. Desgraciadamente es muy fácil decir "te quiero" nena... Pero te miras el nudillo y te preguntas ¿Merecía la pena? Y se que no soy nadie para opinar, ni juzgar, pero perdona que te diga que tal como actuó no merecía nada, ni contestar. Destroza momentos felices... Supongo que su huella ha dejado el daño. Pero que sepas que siguen existiendo sentimientos de verdad por mucho que tengamos miedo a esas dos palabra. Ya por lo que sea. ¿Y por que no usamos mil entonces? ¿Miedo a que nos duela? Seguramente ya lo haga por el simple hecho de que nos importa, duele. ¿Y si es de verdad ahora? No vayas con recelo. Aun hay gente que nos aporta. Por supuesto no seré yo, supongo ¿Me equivoco? Pero no dejes de buscarme por ello. Sabes que aun puedes confiar en mi para lo que quieras. Confía, que sabes que no añadiría ninguna espina mas a las que están clavadas. No te agobies, pero sabes que siempre querría empezar de algo parecido al cero. ¿Amistad? Que pensabas ya... Que no soy tan tonta. Ya no insisto mas; borra el miedo conmigo si no te pido nada y algo he aprendido. Si hubiese algo no pasaría la barrera de amigo. Por mi. Por ti.
Pero quien sabe. Con esperanzas de que algún día vuelva a crecer otra rosa como tu en mi jardín. Blanca, mía. ¿Tu? que no, espera, me he equivocado señor. Aunque yo no creo en Dios (Tampoco lo haría) pero si en la primavera. Si trajera algo algún día... ¿De veras crees que fuimos demasiado im-pacientes para tomar decisiones? Tu crees que en la primera. Yo en la ultima. Estamos en paz. Quien sabe.
Y si hay alguien que lo sepa, por favor, que no me lo diga hasta que soñar deje de ser así de gratis. Siempre que no seas tu. Aunque maduremos o nos enteremos (Lo que no quiere decir que lo demostremos. Quizá no queremos.) Y perdón por ello. Esa fue mi decisión. Pero ya esta. Ya me cuido sola, sola aprendo a aprender a no esperar. Aprendo a aceptar lo que hay. Ponte de vez en cuando en mi lugar. No quiero nada mas. Buen rollo.
¿Lo siento y gracias? De nada. En realidad fue un placer. Así tampoco se te ocurra disculparte conmigo ninguna vez.
Un día de esto, el tiempo (Si, ese tan relativo...) volverá todas las cosas a su sitio.
Veamos que nos depara el futuro. Que de momento el mio es ver que te parece este atrevimiento y tu respuesta. Contando el silencio como una posible.

martes, 11 de enero de 2011

Sobre la relatividad del tiempo. Por orden:

Amor. No queriendo que pase el tiempo. Feliz. Satisfecho, de saber que todo saldrá bien. No se, reír. Soñar. Por lo tanto disfrutar. Besar. Carpe Diem. Pararte a pensar, en cosas bonito. Tú. Afortunado. Mirarla. Hablar, acariciar; que lo hagan. Dibujar algo y estando inspirado. Improvisando, una sonrisa, por ejemplo. Porque no te sale sola. Clase de filosofía o química, Laura... Cuando no te brillan pues están mojados. Cortarse en las manos. Besos pasados, recordados. Sueños mermados. Represión. Angustia vital. Mirando el reloj. Enamorarse y no, nunca y no. Dolor, escozor. Maldito carma. Otra vez el amor. Esperar. Esperar enamorada, y en el fondo nada de nada. Sin miradas. Deseando que el tiempo pase lo mas rápido posible. Desesperación. Desamor.

¿Y todas esas veces tiene que influir el amor en el paso del tiempo? Ya lo creo...

martes, 21 de diciembre de 2010

Bailame el agua.

¿De que vives? ¿Del aire? No, de ti.

Tengo tantas ganas como miedo.

Tengo miedo de que te vayas.

Tu me bailas el agua a mi y yo a ti, ¿No?

Bailame el agua.
úntame de amor y otras fragancias de tu jardín secreto.
Sácame de quicio, hazme sufrir...
Ponme a secar como un trapo mojado.
Lléname de vida. Líbrame de mi estigma.
Llámame tonto.
Olvida todo lo que haya podido decirte hasta ahora.
No me arrastres. No me asustes.
Vete lejos... pero no sueltes mi mano.
Empecemos de nuevo.
Toca mis ojos. Nota la textura del calor.
¿Por cuanto te vendes?
Píllate los dedos.
Deja que te invite a un café. Caliente claro.
Y sin azúcar... sin aliento.

viernes, 17 de diciembre de 2010

One, 21 guns

Do you know what's worth fighting for?
When it's not worth dying for?
Does it take your breath away
And you feel yourself suffocating?

Does the pain weigh out the pride?
And you look for a place to hide?
Did someone break your heart inside?
You're in ruins

One, 21 guns
Lay down your arms, give up the fight
One, 21 guns
Throw up your arms into the sky, you and I

When you're at the end of the road
And you lost all sense of control
And your thoughts have taken their toll
When your mind breaks the spirit of your soul

Your faith walks on broken glass
And the hangover doesn't pass
Nothing's ever built to last
You're in ruins

One, 21 guns
Lay down your arms, give up the fight
One, 21 guns
Throw up your arms into the sky, you and I

Did you try to live on your own
When you burned down the house and home?
Did you stand too close to the fire
Like a liar looking for forgiveness from a stone?

When it's time to live and let die
And you can't get another try
Something inside this heart has died
You're in ruins

One, 21 guns
Lay down your arms, give up the fight
One, 21 guns
Throw up your arms into the sky

One, 21 guns
Lay down your arms, give up the fight
One, 21 guns
Throw up your arms into the sky, you and I

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Reflexion en un momento de lucidez...

Que a veces los mejores regalos son los que no cuestan dinero... Si luego recibes más de lo que das. Pero dámelo. Por favor.
Lloré, lloré y desde entonces se porque comprobé y percibí cuando me vi que esa noche envejecí. Pero entonces no me escondí y ahora no lo haré. De todas formas ya te digo, la proxima vez, preguntaré.
Aun así dime que no era una excusa facil para no hacerlo. Ya. Por dios.
Asi que llena dos copas y vamos a bailar tu y yo.

viernes, 10 de diciembre de 2010

Capitulo 68. Rayuela.


Apenas él le amalaba el noema, a ella se le agolpaba el clémiso y caían en hidromurias, en salvajes ambonios, en sustalos exasperantes. Cada vez que él procuraba relamar las incopelusas, se enredaba en un grimado quejumbroso y tenía que envulsionarse de cara al nóvalo, sintiendo cómo poco a poco las arnillas se espejunaban, se iban apeltronando, reduplimiendo, hasta quedar tendido como el trimalciato de ergomanina al que se le han dejado caer unas fílulas de cariaconcia. Y sin embargo era apenas el principio, porque en un momento dado ella se tordulaba los hurgalios, consintiendo en que él aproximara suavemente su orfelunios. Apenas se entreplumaban, algo como un ulucordio los encrestoriaba, los extrayuxtaba y paramovía, de pronto era el clinón, las esterfurosa convulcante de las mátricas, la jadehollante embocapluvia del orgumio, los esproemios del merpasmo en una sobrehumítica agopausa. ¡Evohé! ¡Evohé! Volposados en la cresta del murelio, se sentía balparamar, perlinos y márulos. Temblaba el troc, se vencían las marioplumas, y todo se resolviraba en un profundo pínice, en niolamas de argutendidas gasas, en carinias casi crueles que los ordopenaban hasta el límite de las gunfias.

lunes, 20 de septiembre de 2010

Mira esto...

Duerme. Yo haré que el sueño se pose en tus pestañas. Tu intenta que uno de esos sueños, me sueñe a mi. ¡Oh! Soñar. Y dormir. Y que sin hacerlo, pienses aun en mi. Pues al despertar, ensuéñame. Y sigue soñando. Sueña que me abrazas. Abrázame. Y dime si te cabe el cielo en un abrazo. Entonces siempre habrá una ESTRELLA para ti. Pero cuidado no te estrelles. Camina recto, por el centro de la calle mirando al frente. Descubrirás que hay cosas de las que, por mucho que te alejes, solo consigues estar mas cerca. Es por culpa de la ESTRELLA que antes mencionaba. ¿Ves como no te mentía para nada, camarada? Desconfiado... Si aprendieras a quedarte solo con el silencio, escucharlo, todo estaría mejor. ¿Cual es tu excusa? ¿Que hay ruido? Pues destílalo, hombre. No es difícil, veras que tranquilidad. Y tranquilo. Todo saldrá adelante. Y atrás. Alante y atrás. Como el vaivén irrepetible de las olas del mar. Es genial. Acuéstate a observar, mientras, suavemente, coges un poco de arena fría. Se que te gusta. Ahora hay confianza. Así que, ven aquí, atento, te contare un secreto. ¿Contento? Por ultima vez, no lo repetiré mas. Si parpadeas te lo perderás. Tris, tras. Ahí lo llevas:
-¡Mira! ¡Una ESTRELLA FUGAZ!
-¿Que?
-No, nada. Que te quiero
-¿Como?
-Pues que esta preciosa la luna. Y su reflejo en el mar.
-Si, eso es cierto.
-¿Y sabes? Tengo unas ganas terribles de decirte lo mucho que te deseo. Lo hermoso que estas esta noche y las ganas que tengo de besarte. Pero nunca te lo diré.
-¿El que?
-Pues que me muero por que se pare el tiempo, y que tu estés para siempre aquí, junto a mi, para que el mundo deje de no ser ni mio, ni mi hogar. Pero son solo tonterías que no te diría.
-Como veas PRINCESITA. Un día de estos conseguiré sacártelo, ya que no me lo quieres decir.
-Claro... Buenas noches, CHIQUITO. Te quiero.
-Buenas noches, CHIQUITA. Te quiero.
-¡Oh! Al fin, te costo... Pero ya estas aquí y eso basta. =)

miércoles, 15 de septiembre de 2010

  1. QUIERO IRME. Y VOLVER. PERO IRME..-

viernes, 11 de junio de 2010

"La vida es sueño"

¿Que quizá soñando estoy,
aunque despierto me veo?
No sueño, pues toco y creo
lo que he sido y lo que soy.

Es verdad; pues reprimamos
esta fiera condición,
esta furia, esta ambición,
por si alguna vez soñamos;
y sí haremos, pues estamos
en mundo tan singular,
que el vivir sólo es soñar;
y la experiencia me enseña
que el hombre que vive, sueña
lo que es, hasta despertar.
Sueña el rey que es rey, y vive
con este engaño mandando,
disponiendo y gobernando;
y este aplauso, que recibe
prestado, en el viento escribe,
y en cenizas le convierte
la muerte, ¡desdicha fuerte!
¿Que hay quien intente reinar,
viendo que ha de despertar
en el sueño de la muerte!
Sueña el rico en su riqueza,
que más cuidados le ofrece;
sueña el pobre que padece
su miseria y su pobreza;
sueña el que a medrar empieza,
sueña el que afana y pretende,
sueña el que agravia y ofende,
y en el mundo, en conclusión,
todos sueñan lo que son,
aunque ninguno lo entiende.
Yo sueño que estoy aquí
de estas prisiones cargado,
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño;
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.

"La Vida Es Sueño" Calderon de la Barca

martes, 8 de junio de 2010

¿El amor?


El amor es querer, y también quererte.

Amor es desear perderte.

Con y en el amado.

Amar y no tener

es como respiras,

mas no oxigeno sino veneno.

Es poder vencer el desenfreno

suavizar el vicio y hacerlo puro.

El vicio de mirarlo

y no cansarte de hacerlo.

Es innato e ingrato, desagradecido

sobre todo el no correspondido.

Porque de nada le vale a a planta el agua

si el terreno es pedregoso.

Es darlo todo y no esperar

mas que una sonrisa.

Sonrisa que se te escapa cuando le miras,

o lo besas, o lo besas con la mirada.

Miradas que se te van hacia sus ojos,

y corroboran que el mar y el cielo

siguen existiendo.

Es aquello que hace que todo lo imposible,

se vuelva por definicion probable.

Dans une fin. L'amour est de toujours vouloir exister, te toucher, esarte à tout moment. Il est d'avoir des papillons en dedans quand tu es avec il. Est de recommencer à être un enfant à son côté. Personne ne vieillit s'il a l'amour.

Esto es amor, o algo que se le parece, y quien lo probó, lo sabe.

miércoles, 12 de mayo de 2010

SE BUSCA:

Alguien que quiera, pueda y sepa hacerme feliz, si esque tengo ese derecho.
Que a veces me ayude a recordar que tengo solo 15 años y que la vida sigue, que aun queda tiempo.
Que me haga olvidar los problemas y lo mas importante, que no cree mas.
Que sea la persona mas humilde del mundo, y que no tenga miedo a decir las siguientes palabras: gracias, lo siento y te quiero. Por supuesto tienen que ser sinceras.
Tan solo una sonrisa desde que se levante hasta que se acueste deben bastarle de equipaje.
Se que tiene alas, aunqueno puede volar. Pero casi. Sobre todo que me haga feliz.

Existen esas personas, es mas, casi he rellenado una mano contandolas, pero ninguna es para mi, asi que por favor, si alguien ecuentra a mi Angel de la Guarda, que le diga que lo estoy buscando...

domingo, 9 de mayo de 2010

Eso tan bonito y escaso... Como era.. A si, amistad...

La amistad es una cajita de cristal. Pequeña, transparente, donde guardas allí dentro todos tus pensamientos, ideas, cariño y amor.Un cristal fino donde te reflejas. Material en el que están hechos tus sueños. Son porciones de tu corazón que intentas que no se rayen nunca.
Un amigo es más que una persona. Algo que no es físico, algo que siempre llevas. Es eso que recoges por el camino y guardas en tu cajita de cristal, cuidadosamente acomodado en su interior de terciopelo. Todo eso en lo que crees, en lo que confías, en lo que sientes.
Eso que más allá del mundo encuentras. Eso que te abraza cuando piensas que no puedes más. Algo que lamentas no ver. Porque el amigo no se ve, no se toca, no se huele. Simplemente lo sientes. Y, aunque se encuentre sentado a tu lado, tú nunca lo ves como la materia física que es. Su esencia oculta entre los pliegues del terciopelo de tu cajita de cristal.
A veces lo miras a los ojos. A veces sientes su presencia. Sin embargo, el amigo no es la persona que ves. Es la persona que sientes.
Es aquello por lo que darías todo.
Menos tu cajita de cristal…

martes, 4 de mayo de 2010

Quizas no me he explicado bien, pero sin el quizas...
Lo siento si parece con lo que he expresado que todo es de color de rosas, maravilloso y perfecto respecto a TI. Es el amor este que no me permite ver de otro color.

No se porqe me intento engañar, si se que en el fondo, es salir de un tunel para entrar en otro. Que este sea mas dulce y este iluminado no cambia la verdad mucho la situacion.

jueves, 1 de abril de 2010

Como es casi ya costumbre, pájaros en el quicio de tu ventana que también es la mía, cantan su dulce melodía y nos despiertan cada mañana, allá por el medio día. Parece que en estos momentos se para el mundo, se congela el tiempo, se enfría, pero nada pierde su alegría, los pajarillos siguen cantando, sigue nevando fuera. Una sonrisa se me dibuja en la cara, pienso en lo ilusa que es la nieve, se ha enamorado de las copas de los árboles, del suelo sobre el que reposa, de los canalillos de los tejados, de cada río, de cada cosa verde, de cada cosa azul, que ilusa la nieve, no sabe que esta llegando la primavera y con esta su fin. Pero no se lo recrimino, una vez, cuando yo era mas joven, también lo hice, me enamore de todo esto. Y aun hoy no me atrevería a decir que he superado ese sentimiento, que envidia de la primavera que puede tener todo esto que mas quiero, quien fuera rosa para permitirle a esta que me haga más hermosa cada vez que me mire, pero cuidado cuando se olvida de ti, al igual que te florece, es capaz de hacerte marchitar, y la siguiente vez que vuelva, ya ni se acordara que exististe, se encaprichara de otra rosa mas bonita aun y para ti ya es demasiado tarde. Pero con todo esto no voy a negar que aun me escapo por las noches al porche para acostarme boca arriba mirando las estrellas esperando tu llegada, y parece que se ríen de mi, saben que me encantaría estar allí arriba como ellas y al fondo la majestuosa figura de un viejo sauce, que aun tiene el valor de hacerlo a carcajadas, recordándome que el esta mas cerca todavía que yo de mi ansiado cielo. Tampoco me intentare engañar diciendo que aun me duermo soñando que soy una gota de rocío para poder acariciar suavemente el follaje que descansa sobre la tierra aun húmeda por la llovizna de la noche. Ni pretendo decir que nunca he pensado que soy uno de esos pajarillos que se apoyan sobre tu ventana que también es la mía, para observar la rebeldía de la nieve que se resiste, no se quiere marchar aun, pero que ya esta muriendo lentamente, formando un gran charco, como si se fuera llorando, porque creo que alguien ya le ha desvelado que esta llegando la primavera y no puede hacer nada contra ella…

miércoles, 24 de marzo de 2010

Querido diario:


Como ya sabras, yo soy una dama señorita del castillo de la felicidad, aunque ultimamente no soy muy leal a esta, estoy triste por que me he enamorado de un príncipe que ya tiene una princesa a la que salvar y no soy yo... y esto me apena mucho, por que por mas que lo intento, por mas cartas en botella que le mande, cuantas mas veces le tiro mis cabellos para que venga a buscarme, el menos se da cuenta de lo que yo le amo. Y es que creo que es mi principe Azul, lo se por que ha habido muchos antes, pero no eran ni seran azules.

¿sabes que es lo peor de toda esta historia de amor, mi pequeño confidente? que tenemos un problema, y es que nuestros reino se encuentran tan alejados, que a veces hace que incluso se le olvide que existen al otro lado de donde se pone el sol en su castillo otras princesas que tambien le estan esperando, es decir yo.. y eso me deja muy mal, me hace derramar lagrimas sobre mi almohada por las noches cuando miro las estrellas y me parece ver dibujado su nombre, por que lo le quiero mucho a i pequeño principito de ojos azules, tanto que estaria sinduda dispuesta a dejar todo lo que me rodea para irme con el a donde su caballo de hermoso blanco pelaje nos guie, alli donde no tenga mas princesas que rescatar de las fauces de dragones o de las manos de malvados caballeros que a mi...
Pero recuerda que esto es un secreto y no se lo puedes decir a nadie, nadie podra saber cuanto amo a mi principito Azul desde dentro de mi pequeño gran corazon..