domingo, 8 de marzo de 2015

Intentando adelantar las agujas de un reloj de arena por verte.

Largo Invierno, lárgate. Llévate tus fríos y tus humedades que a nadie gustan si no es para quedarse en casa abrazada a una almohada amante o besarse bajo la lluvia con alguien que muerda mis pasos. Deshacerme de ti será lo más parecido a encontrar mi yo perdido en otros brazos.
Largo Invierno, lárgate. Quédate con las distancias que has traído en caladas difusas de etcéteras sin sentido alguno y segundas partes íntimas que si son buenas. Envenénate tú cuando con pinchas de rosas secas te arañes sin querer queriendo. No yo, que si fuera posible morir al día más de una vez, ahora mismo estoy muriendo al recordar los antiguos continuará a corto plazo y los masajes con final feliz, sin crema en las manos y si quieres no paramos.
Y si alguna vez te cabe la duda o sueñas que te dejo caer por el precipicio de la vida tu sola, recuerda simplemente mi imagen sentada en el suelo de algún sitio que no exista intentando adelantar las agujas de un reloj de arena por verte.