jueves, 1 de abril de 2010

Como es casi ya costumbre, pájaros en el quicio de tu ventana que también es la mía, cantan su dulce melodía y nos despiertan cada mañana, allá por el medio día. Parece que en estos momentos se para el mundo, se congela el tiempo, se enfría, pero nada pierde su alegría, los pajarillos siguen cantando, sigue nevando fuera. Una sonrisa se me dibuja en la cara, pienso en lo ilusa que es la nieve, se ha enamorado de las copas de los árboles, del suelo sobre el que reposa, de los canalillos de los tejados, de cada río, de cada cosa verde, de cada cosa azul, que ilusa la nieve, no sabe que esta llegando la primavera y con esta su fin. Pero no se lo recrimino, una vez, cuando yo era mas joven, también lo hice, me enamore de todo esto. Y aun hoy no me atrevería a decir que he superado ese sentimiento, que envidia de la primavera que puede tener todo esto que mas quiero, quien fuera rosa para permitirle a esta que me haga más hermosa cada vez que me mire, pero cuidado cuando se olvida de ti, al igual que te florece, es capaz de hacerte marchitar, y la siguiente vez que vuelva, ya ni se acordara que exististe, se encaprichara de otra rosa mas bonita aun y para ti ya es demasiado tarde. Pero con todo esto no voy a negar que aun me escapo por las noches al porche para acostarme boca arriba mirando las estrellas esperando tu llegada, y parece que se ríen de mi, saben que me encantaría estar allí arriba como ellas y al fondo la majestuosa figura de un viejo sauce, que aun tiene el valor de hacerlo a carcajadas, recordándome que el esta mas cerca todavía que yo de mi ansiado cielo. Tampoco me intentare engañar diciendo que aun me duermo soñando que soy una gota de rocío para poder acariciar suavemente el follaje que descansa sobre la tierra aun húmeda por la llovizna de la noche. Ni pretendo decir que nunca he pensado que soy uno de esos pajarillos que se apoyan sobre tu ventana que también es la mía, para observar la rebeldía de la nieve que se resiste, no se quiere marchar aun, pero que ya esta muriendo lentamente, formando un gran charco, como si se fuera llorando, porque creo que alguien ya le ha desvelado que esta llegando la primavera y no puede hacer nada contra ella…